miércoles, 22 de mayo de 2013

AMOR HOMESEXUAL, GAY O COMO QUIERAS LLAMARLE, PERO AMOR AL FIN DE CUENTAS





No creo que exista un dia especial para el dia del amor y la amistad porque estos sentimientos se tienen que cuidar dia a dia . Creo que fue Oscar Wilde quien definió al amor homosexual como “aquel que no se atreve a decir su nombre”. Y si no fue él quien lo dijo, ya sé que no faltará un sabelotodo que me corrija.

Aceptar esta definición es un proceso doloroso. José Emilio Pacheco señalaba en las batallas en el desierto la estupidez de que el amor que sentía su personaje fuera pecado. ¿Por qué, si el amor es una fuerza liberadora, hemos de mantenerlo escondido y reprimido? ¿Por qué habríamos de sofocar nuestros sentimientos por otra persona, sólo por el hecho de ser de nuestro mismo sexo?

Tratar de responder a estas preguntas es meternos en la enrredadera de los prejuicios sociales y religiosos.

Es hablar de la doble moral que suele aplicarse y que permite que los hombres se deleiten con escenas de amor lésbico y sientan repugnancia por un hombre que manifieste atracción por su mismo sexo. Incluso podríamos preguntarnos si la excitación que sienten con la porno lesbiana no es un disfraz de una atracción homosexual latente (o por lo menos de una curiosidad inconfesable). La femenina, en todo caso, es una homosexualidad menos anatemizada que la masculina.

Pero en la práctica eso no le da ninguna ventaja a una mujer lesbiana o a un hombre Gay. Sigue acechando en la obscuridad en busca de indicios de que el objeto de su afecto comparte su misma inclinación. Su misma preferencia, por decirlo con términos al gusto de la corrección política, que quiere ver una característica cultural en un determinismo genético.

¿Y qué sucede cuando, en un arranque desesperado, deja de resistirse y decide comunicar sus sentimientos a la otra persona, sin importarle ya lo que éste o ésta pudiera responderle?. Eso depende totalmente de la situación específica, pero si los cálculos no fueron correctos, si no fue acertada la lectura de indicios y señales, si se equivocó al interpretar gestos y actitudes, la mujer lesbiana o el Hombre Gay que se abre puede resultar profundamente herido.

Claro, En el caso de las mujeres los golpes convertidos en experiencia les van dando una especie de sexto sentidoque les afina la identificación mutua. Los frentazos sufridos en la adolescencia —o aun antes— les van enseñando que el amor es muy bonito, pero hasta cierto punto. Que la intimidad que comparten las amigas íntimas se detiene en determinado umbral infranqueable. Que no se puede andar por la vida diciéndoles a todas las mujeres que les gustan que quieren todo con ellas, con la pena de verse condenadas a la repugnancia.

Y en el caso de los hombres que sucede los mismo solo que ahi no hay sexto sentido pero tambien si nos equivocamos nos condenamos al señalamiento.

No es de extrañar, pues, que haya tantos homosexuales —hombres y mujeres— que viven en el asfixiante clóset de un matrimonio de apariencias, de relaciones heterosexuales establecidas para taparle el ojo al macho como decimos, pero en el fondo se esconde a quiénes podemos amar y a quiénes no. y que nadie puede obligar al corazón a realizar un examen genital antes de expresarse.

A mí en lo personal no me interesa el matrimonio y el debate que algunos partidos politicos quieren abrir para permitir el enlace homosexual en nuestro país. Pero pienso que sería un enorme paso hacia el reconocimiento no sólo de nuestros derechos, sino sobre todo para la aceptación de que un importante sector de la población es homosexual y de que no es justo que siga llevando una vida sexual prácticamente al margen de la sociedad o ustedes que opinan.

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