miércoles, 5 de junio de 2013

¿TIENE FUTURO UN AMOR CON DIFERENCIA DE EDAD?





“Ese es un interesado, ¿tú crees que puede querer a ese viejo?" o "¿pero ese abuelo en qué piensa? Podría ser su nieto"- ¿quién no ha oído alguna vez este tipo de comentarios hablando de esas parejas famosas o anónimas en las cuales la diferencia de edad es más que obvia? A todos nos gusta opinar y, de por sí, estas relaciones no se libran de estar en el punto de mira de cualquier crítica.

Los comentarios o chismes más habituales hacia una pareja así son o bien el maduro de la pareja es un carroza que le gusta ligar con jóvenes y el joven es su capricho de nueva temporada o el joven es un trepador en potencia y solo está con el carroza por algún tipo de interés. En cualquier caso son atribuciones falsas y creadas desde el ojo ajeno.

¿Por qué se enamoran? Por lo tanto después de las críticas como dardos envenenados, decidí hablar con parejas de este tipo. Quería que los mismos protagonistas dieran su opinión ya que se encuentran en el ojo del huracán. Lo que pude escuchar, es que un joven se enamora de una persona madura porque le aporta bienestar emocional, seguridad, sabiduría, alguien de quien aprender acerca de la vida, comprender las cosas desde otro punto de vista, madurez, experiencia, estabilidad, protección y relacionado con lo carnal un joven encuentra en una persona madura, experiencia, tacto.

En cambio los maduros encuentran en un joven, energía, ganas de arrasar, una personalidad fresca, desinhibición en algún aspecto, despreocupación, les hacen olvidar la rutina y volver a ver ciertas cosas más sencillas y disfrutar más del tiempo restante. No hay que engañarse, el joven gusta también por su físico. Los años aun no han pasado por este cuerpo joven, esbelto, marcado, fibrado... En muchos casos el más mayor junto a él vive una segunda juventud.

¿Puede funcionar?

Este tipo de relación visto desde una posición positiva puede llegar a ser muy enriquecedora. El compendio perfecto. Por una vez la balanza del amor no se inclina hacia ningún lado. El joven da vivacidad, con pilas cargadísimas para cualquier tipo de situación cotidiana. Se vive todo más intensamente al lado de un joven. El maduro aporta sosiego, calma y sabiduría. Un clímax entre inteligencia e inocencia, una mezcla en la que los dos reciben y dan algo que les falta o emana de ellos mismos. El resultado es propicio para ambos. Ninguno sale perdiendo. El joven aprende de las experiencias vitales del maduro y el maduro se beneficia de la frescura y la despreocupación del joven. Una relación donde el maduro entiende las ideas del joven y donde el joven entiende y aprende aspectos nuevos de los cuales no piensa muy a menudo.

Desde una perspectiva negativa, estas relaciones, siendo directo, no tienen mucho futuro. Salvadas ciertas excepciones. Podrá mantenerse durante un tiempo pero pasaría a ser una experiencia más en la vida de ambos. Esta vez la balanza pesaría intermitentemente por su lado. La mayoría de parejas con las que pude tratar el tema coincidían en lo mismo. Después de un tiempo, el joven quiere y necesita vivir su vida en relación con su edad, hacer cosas que requieren no atarse demasiado a alguien. Y el maduro necesita una cierta estabilidad porque lo que quiere vivir el joven, él ya lo ha vivido y busca un game over en cuanto a revivir una segunda jovialidad. No es que el maduro no sea jovial, pero prefiere divertirse de otra forma más tranquila y ya no sólo divertirse sino vivir su vida de acuerdo con su edad también. "Siempre sabes que esta relación tiene un final anunciado aunque no sepas cuando, pero acaba por sí sola" o "eres consciente de que inicias una relación diferente, aunque tengas propósitos a largo plazo con esa persona, sabes que no perdurará mucho en el tiempo. Vives el momento" ­ estas dos declaraciones tan directas son de varias personas tanto maduras como jóvenes que han mantenido una relación de este tipo. Sus diferencias de edad dejaron claro que la relación llega a un cierto punto en que no se maneja por ninguno de los dos, ni por ambos, ella misma funciona sola, y que como es lógico, según ellos, acaba por sí sola.

Muchos me dijeron que ha sido una experiencia inolvidable, donde más han aprendido en el terreno emocional de sus vidas. Lo que también es gracioso es que muchos de ellos, además coinciden en que después de la ruptura no han acabado mal con esa persona. Por lo tanto al ver que todos hablaban de esa relación como que aún les quedaba amor (o eso me parecía), les pegunté -¿ y por qué no lo vuelves a intentar?. "a veces es mejor quedarte con un recuerdo muy bueno que intentarlo de nuevo y estropearlo". -"es más enriquecedor que ese recuerdo quede así."- "es una bonita historia en la que pensar de vez en cuando, más por aliento que por ser realistas". ­ fue lo que respondieron la gran mayoría. El resto aún viven en dicha relación y no piensan en romper. Afirman que no encuentran apoyo por muchas personas cercanas, pero se sienten llenos. Nos les hace falta la bendición de nadie. Es algo que sólo les importa a ellos. Es su historia.

¿Quién manda? Tampoco pude olvidar el preguntarles acerca del poder en una relación así. "¿Quién tiene la sartén por el mango?". ¿Existe cierta manipulación por parte del más adulto? Por lo tanto pude concluir que es obvio que por muchas experiencias que haya tenido el joven, el adulto siempre se sabrá la lección. Más sabe el diablo por viejo que por diablo dice el refrán. Así que los jóvenes por muy despabilados que sean, el adulto tendrá el control psíquico y sabrá por donde llevar la situación. Aunque el reto de la sabiduría del adulto es la picaresca del joven, hay que estar preparados en los dos bandos.

¿Qué les reserva el futuro? Es ley de vida, una relación así, solo puede tener futuro en los cuentos de hadas y en la película, pero en contadas ocasiones en la vida real funcionan. Cosa que nos alegra a todos. Pueden durar un tiempo, pero no formarán parte del olimpo de las mejores parejas puesto que es una forma muy poco segura de estar con alguien en pareja. Aunque ¿no se supone que en el amor hay que arriesgar?... Lo que si diré es que amigos pueden serlo, eso esta claro, amigos podemos serlo todos. Pero una pareja así no es muy cierto que puedan llegar a algo demasiado serio. Demasiadas objeturas. Una pareja es más que dos personas. Una pareja une muchas más cosas intangibles y abstractas que a veces faltan palabras para describir-las. Donde exista amor del bueno la edad no es un factor determinante como lo puede ser otro tipo de factor. Hay que estar preparados para cuando nuestro joven quiera vivir y nuestro maduro quiera vivir...de otra manera. Aunque también el pequeño porcentaje de estas parejas que no han roto siguen siendo muy felices a pesar de su diferencia de edad y siguen comiendo codornices a la hora de cenar. Más que la edad debe ser la sintonía que exista entre las personas. A veces encendemos la radio y nos damos cuenta que tenemos alguien al lado, escuchando lo mismo que nosotros, en nuestra misma frecuencia hertziana. Entonces con más o menos edad que tú, escucha la música hasta que se apague la radio, cambies de emisora o sigas por muchos años escuchándola que al fin y al cabo es lo que todos queremos. Una bonita historia.

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